El automóvil ha evolucionado enormemente a lo largo de su historia, es incomparable cualquier modelo de principios del siglo pasado con uno actual, y la tendencia sigue adelante. En realidad va a más, puesto que los coches de nuestro tiempo apenas se parecerán a los que vendrán en el futuro.
Las nuevas tecnologías, la seguridad y la tendencia a la conducción autónoma modificarán no solo la visión de las ciudades del futuro, también nuestros automóviles. Estos son, por tanto, 8 elementos que no tendrá el coche del futuro.
1- Freno de mano
El freno de estacionamiento ha evolucionado a lo largo del tiempo, aunque se ha mantenido siempre como un elemento característico de cada mercado. El americano, por ejemplo, prefiere el de pie, y todavía a día de hoy hay modelos que lo ofrecen.
Sin embargo, con los sistemas electromecánicos se han sustituido paulatinamente estas palancas (también las de mano), por simples botones que ejecutan la acción de forma automática. Liberan espacio, son más sencillas y, salvo para contadas ocasiones y tipos de cliente, más efectivos.
2- Luces halógenas
Un clásico y, con toda seguridad, el elemento más representativo de esta lista. Las luces halógenas están desapareciendo de los catálogos, hasta el punto en que prácticamente solo las versiones más básicas y los coches más asequibles las sigue montando. El Xenón sigue su camino.
El su lugar se erige la tecnología LED, más compacta, eficaz y eficiente. Permite mejores diseños, menor consumo (sobre todo cuando hablamos de vehículos eléctricos) y mejor iluminación. Los faros de LED matriciales hacen absolutas maravillas. De hecho probablemente acaben desapareciendo las luces de cruce, pues es posible ahora encender la luz de carretera sin deslumbrar al resto. Los faros láser son su evolución.
3- Las llaves
La llave no va a desaparecer, pero sí el formato en el que hoy las conocemos. Ya hemos visto varios modelos (como BMW), que ofrecen llaves inteligentes, con conexión constante al coche y pantalla. Esto es solo un pequeño adelanto.
Si bien el acceso y arranque sin llaves está extendido, en el futuro nuestro teléfono móvil integrará esta función. Nos permitirá acceder a nuestro coche o, incluso, dar acceso a terceros de forma remota. Nos permitirá interactuar con él a distancia, incluso realizar diferentes maniobras desde el exterior.
4- Los botones
Está ocurriendo, es una tendencia global de diseño y, no nos engañemos, de ahorro de costes. Los botones están desapareciendo de nuestros salpicaderos, creando espacios más limpios, minimalistas y modernos. También su ausencia nos trae de cabeza.
Las pantallas son la solución, grandes superficies táctiles capaces de aglutinar en un menor espacio el mayor número de selectores posible. Por ahora los controles de la climatización están sucumbiendo, pero en un futuro quedarán únicamente 3 o 4 botones físicos en el habitáculo.
5- Palanca de cambio
¿Para qué? Los cambios automáticos se están ‘comiendo’ el mercado. Son más cómodos y eficaces, y además demandan menos espacio en el habitáculo. En un futuro de coches eléctricos no harán falta grandes palancas en la consola central, que también desaparecerá.
Simples botones a modo de selectores tomarán su lugar, simplificando aún más la tarea y, por supuesto, liberando espacio y la imaginación de los diseñadores. Ya hay coches, como el Citroën C4 Cactus que emplea una solución similar.
6- Volúmenes
Es poco tangible, pero ocurrirá. El uso que se dará al automóvil dejará de ser pasional y pasar a ser completamente racional. Por esto y por las nuevas mecánicas eléctricas más compactas, las carrocerías de tres volúmenes, incluso de dos, desaparecerán.
Se maximizará el espacio interior, y ello conlleva diseños uniformes donde lo importante sea la capacidad máxima de pasajeros y el confort de los mismos. Los interiores se convertirán en salones rodantes.
7- Claxon
Aunque no es un elemento de uso habitual, salvo en ciertas zonas del mundo, el claxon serán sacrificado. La explicación va más allá de un simple comportamiento civilizado de las máquinas autónomas.
En un futuro los coches irán interconectados, serán capaces de compartir información y datos en tiempo real, como la velocidad y la situación. Eliminará semáforos y cruces y elevará la fluidez de la circulación. El claxon dejará de ser necesario para las máquinas.